El tazón

Hablar como siempre te he querido hablar y siempre me ha dado pena y miedo que me digas que soy una melodramática exagerada.Te quiero. Te quiero demasiado. Te quiero tanto que me da miedo y coraje. Coraje de doblegarme ante tus insistencias y órdenes cuando ni a mis papás les pongo tanta atención. Miedo de verme al espejo y no reconocerme si no estás a un lado mío. Miedo y coraje pensar y planear en plural. Te quiero tanto que me duele. Y no es un cliché, es algo más complicado. Me duele hacerme a mí misma a un lado por complacerte, aunque se que complacerte es quedar bien conmigo misma, porque te quiero. Me duele como si me estrellara la cara contra una banqueta cuando imagino cosas que quiero que me digas, que me hagas y dices y haces todo lo contrario. Me duele cuando por tres segundos caigo en cuenta de que tu eres alguien, una persona,un hombre ajeno a mí, saber que eres un tú y no un nosotros, saber que soy mía y no tuya, porque entonces me siento completamente sola. Y eso me da miedo y coraje. Me da miedo porque ya no se estar sola, me da coraje porque cuando me dan ganas de estar sola siento como si te traicionara cuando no es así. Me da miedo irme sin ti, para un día darme cuenta que fue un error dejarte, porque te quiero. Pero me da más miedo aún quedarme para después darme cuenta que no fue para perderme en tí, sino para esconderme de mi misma.

Total, a final de cuentas nada es como creemos que es, ni queremos que sea, ni como otros dicen que es. Lo mejor, es divagar.

En un email de cadenita de esos que suelo detestar:

¿Qué haces cuándo la única persona que puede hacerte parar de llorar, es la persona que te hizo llorar?

Una grabadora con el contador corriendo lentamente. Una voz pegajosa que murmura poesía a través de un par de bocinas. Una niña sentada luchando con una conciencia partida en dos. Sus pies toman una dirección que parece ser la indicada, pero muy adentro sabe que el partido está lejos de terminar.

Que apestoso es vivir en un mundo donde le pagan más a un actor malo por actuar en una película mala que a un señor que se encarga de recoger la basura para no tener que aguantar la vista y el olor de una pila de basura.

Sandra y sus reflexiones sobre el planeta.

Hoy, en el calimax de otay, me dio comezón en la espalda. Precisamente en el departamento de frutas y verduras sentí la picazón, de esa que o te rascas o te mueres de ansias. Desgraciadamente, la comezón me dio en el lugar exacto donde no te puedes rascar, donde los brazos no alcanzan, donde parece que tu cuerpo te está jugando una broma y te tiene como perro tratando de alcanzar su propia cola.

El viernes fui a una tocada en la casa Campay. Tocó Globo. La neta, rifan. Me parece literalmente increíble que un grupo de cuatro personas paradas arriba de un escenario jalando cuerdas, pisando pedales y pegándole a unos tambores pueda producir melodías tan chingonas. Deja melodías chingonas, m e l o d í a s en sí. Que cada nota que sale de cada instrumento se teja en el aire, entre a mi cerebro y me haga sentir bien me parece imposible. Creo que eso es lo que tanto me gusta de la música. No creo que alguno de los globos vaya a leer esto, pero por si las dudas: HEY GLOBO!!!!!! RIFAAAAAAN!!!!!!

Sandra se está pasando las responsabilidades por el arco del triunfo. Tesis, tareas, cuarto, montones de ropa sucia y un escáner descompuesto la esperan. Pero Sandra se siente indispuesta. Definitivamente el clima frío no es para ella. Si al despertar sus pies se sienten helados la orden del día se va al diablo. En vez de llegar a las 10 llega a las 11, en lugar de comer en su casa se toma un café en la calle, las ganas de tomar fotos se vuelven ganas de meterse a la cama y ver una película rosa que la haga llorar. Ahorita Sandra tiene ganas de que alguien la abraze largo y tendido, con uno de esos abrazos que lo dicen todo sin tener que decir una sola palabra.

Sandra se siente tan sola que está escribiendo en tercera persona, y ahora que el sol se deja ver por primera vez en todo el día, Sandra quiere salir a que su nariz se caliente un poquito.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar,hago nacer cada vez la boca que deseo la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja...
...Me miras, de cerca me miras, cada vez mas de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez mas de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, Jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

-Rayuela, Capitulo 7

Siento como si alguien hubiera agarrado mi cabeza como uno de esos botes de jugo que dicen "agitese bien antes de abrir". Yo pense que ayer iba a ser un dia aburrido.

El día es tan sombrío que al parecer las nubes se han colado a mi cabeza y están a punto de empezar una tormenta. Va. Prefiero un cerebro empapado que una sequía de ideas.

Hay unos que de pequeños jugaban a la oficina y se ponían mal las corbatas de sus papás. Hoy los veo caminar por la universidad vistiendo trajes serios y con portafolios en mano. Hay otros que preferían jugar al doctor e imaginaban consultorios en los rincones de casas o edificios. Ahora los veo en la cafetería en grupos de cinco o seis hablando en términos que no entiendo y con estetoscopios alrededor del cuello. Habemos otros que jugábamos a los disfraces con la ropa de mamá: fondo beige de vestido strapless, calzones blancos como boina y zapatillas de tacón como pedestal. Hoy pretendemos ganarnos la vida contando los cuentos que nos inventamos antes de ir a dormir.

Se me cae el cabello. Cada que me baño se me cae el cabello y no es uno o dos, son mechoncitos enteros de mi cabello que una vez fue castaño claro y sedoso, como los anuncios de Pantene. Me aterra pasarme las manos por la cabeza para enjuagar el shampoo, cuando se que de paso me voy a llevar unos veinte cabellos y otro cacho de dignidad. ¿Me iré a quedar calva? Lo dudo. Una vez que se me seca el cabello me doy cuenta de miles de cabellitos nuevos que van creciendo como ramitas y me impiden peinarme decentemente (en realidad ni el intento hago por peinarme). Supongo que es el agua chafa de Tijuana, o tal vez los shampoos; alomejor tiene algo que ver que desde tercer semestre de prepa no he dejado de hacerme chingadera y media en la cabeza, incluyendo bleach y permanentes de agua. O alomejor mis cabellos están en desacuerdo con las ideas que viven en mi cabeza y por eso deciden marcharse....a veces en manadas de a treinta.

Por tercer fin de semana consecutivo he dejado los deberes al último. Mis semanas están tan ocupadas que siempre dejo todo para el sábado y el domingo. Tareas, trabajos, quehaceres familiares, reparación de ropa y calzado, citas con doctores y amigos. Cuando por fin llegan esos dos días tan esperados, lo único en lo que puedo pensar es en descansar. Dormir, echar la hueva, tirar party, lo que sea con tal de desafanarme de cualquier cosa que implique responsabilidad. Es más, ahorita estoy escribiendo con tal de evadir los reportes de lectura que debo desde hace dos semanas y la pila de platos sucios de las comilonas domingueras (o sea pizza y papas).

Me gustaría tener una hada madrina que viniera y se pusiera a hacer toda mi tarea.

A veces me pongo a pensar qué pasaría si me muriera. Si me concentro demasiado (medio cerrando los ojos y mordiéndome el labio inferior) creo que puedo sentir cómo sería estar a punto de morir....luego trato de visualizar el tan mentado más allá y, aunque en ocasiones alcanzo a dibujar una suerte de limbo, casi siempre me quedo trabada en un cuadro vacío....y entonces me pongo a pensar que alomejor no existen ni el cielo ni el infierno ni la reencarnación.

¿Eso quiere decir que no creo en dios?

Cuando como demasiado me entra la melancolía. No, no es el arrepentimiento de haberme atragantado cuanta cosa pusieron enfrente de mí. Es un auténtico sentimiento de melancolía que sube desde mi pancita hasta mi corazón y termina en mi cabezota. Anoche me comí un platote de elotitos con mayonesa, mantequilla, queso, limón y sal. Al terminar me entró el apachurre, primero porque no le pude poner chile a mis elotitos, luego porque nunca he podido dejarme las uñas largas, después porque mi mamá estaba cocinando mole y yo no iba a poder comer de eso....terminé chillando porque pasaron en la tele un anuncio de esos rositas de las tarjetas Hallmark.
Supongo que todo esto tiene algo que ver con una experiencia prenatal dentro del vientre materno, pero quién sabe, alomejor de neta es nomás el arrepentimiento de haber comido demasiado y digo que es melancolía por darle un toque romántico al asunto.

Rifa despertarse con el sabor de un sueño en la piel, por eso no me gusta bañarne en la mañana, para permanecer todo el día en ese sabroso letargo que es el medio despertar, o quizá el medio dormir.

Pero ahora no me acuerdo de lo que soñé y me siento perdida.

Lo que hace el ocio. En una página de internet de galletas chinas de la suerte:

"The star of poverty is shining on you"

Nada puede ser más cierto.
Se aceptan coperaciones.

Por segundo día consecutivo tengo un horrible dolor de cabeza. Una aquí tratando de evitar la sobrepoblación del planeta y qué recibe a cambio: jaquecas crónicas. Pero la cosa no para ahí. Si los anticonceptivos me causan dolores de cabeza, hay que calmarlos con algo. Resultado: 6 aspirinas Advil a la semana. El dolor de cabeza se calma pero vienen los dolores de estómago porque el Ibuprofeno aumenta el nivel de ácido en mi estómago. Resultado: Tratamiento para la esofaguitis. Más pastillas. Nada de cítricos ni leche ni jitomate ni grasa ni chocolate. Joder. Bueno, más bien ni joder ni chocolate. La gran conspiración de las compañías quimicofarmacobiólogas, si te haces dependiente a un medicamento te haces dependiente a todos.

Conclusión: Abstinencia sexual desde hoy mismo y por tiempo indefinido. El chocolate sabe más bueno.

Siempre me acuesto de lado. Cuando me voy a dormir me imagino cosas para que me entre el sueño, cosas que la mayoría de las veces son interrumpidas por un frenético pum pum pum que escucho en mi oído. Desde que tengo cuatro años estoy convencida de que ese pum pum pum es un ogro tipo hulk que viene a comerme desde quién sabe dónde, con sus enormes patotas verdes, la camisa blanca desgarrada (por aquello de la transformación), los pelos todos electrificados y una expresión terrorífica en el rostro. Me da tanto miedo escuchar el pum pum pum que cada vez se acerca más y más....lo que el baboso del monstruo no sabe es que siempre que está a punto de alcanzarme alguien del otro lado me abre la puerta al mundo de los sueños y ahí ya no me puede atrapar.

Quería ponerle un nombre bien fregón a esta onda. ¿Qué es eso de Jedi Tulip? Un nick que salió en un rato de ocio, pero que después de un año se me ha encarnado como bicho y ahora lo siento mio. Jedi Tulip soy yo, aunque suene mamón.

Pos disque ya empezé esta onda (es una gran idea de la aymé) pero no se que fregados le piqué mal que se ve horrible.