miércoles, abril 28, 2004

al jugar el juego de las exfoliaciones, piensa en dónde comienza a diluirse la línea entre el amor hablado y el amor hecho. o en dónde se confunde la dignidad con el egoísmo. o cómo discernir entre una parada y un cruce. piensa si la partida es abandono intencional o una huida cíclica. desear de dientes para afuera no es lo mismo que encarnar lo aprendido. exfoliar la piel no implica desechar la vieja, sino rejuvenecerla. en el centro los elemento son los mismos. lo adquirido en el camino es alimento, no reposición.

divago, será mejor que vaya a dormir.
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