viernes, enero 16, 2004
Este post lo comencé ayer, por lo que hoy ya no le entiendo mucho.
Aprovechando la hora de la comida para darle una vuelta a los blogs, me encontré con la nueva versión del crossfader. Rafita posteó unas .reflexiones sobre la ciudad como espacio de creatividad (palabras de él mismo), aplicando esta creatividad a la fabricación de mantas como (re)apropiación del espacio público, urbano. Su post me recordó a una entrevista con Foucault sobre poder, espacio y conocimiento, en la que habla sobre el ejercicio de la libertad y su relación con la distribución espacial. El entrevistador hace mucho énfasis en el papel del arquitecto moderno como liberador, pero Foucault responde siempre que la libertad no es algo que se alcanza, sino es algo que se ejerce, y que un espacio (no habla de edificios ni estructuras, habla de espacios) solo incide con la libertad cuando alrededor de ellos - el espacio y la libertad- se dan ciertas prácticas que causan una relación entre ambos. Por tanto, no hay libertadores, hay relaciones que convergen en momentos y lugares los cuales se traducen en el ejercicio de la libertad. Por tanto, todo esá relacionado, no hay una cosa que esté por encima de otra, ya que todas están entretejidas en todas direcciones, que es precisamente lo que cita rafa de Manuel Delgado. La convergencia de lecturas, y del momento de las lecturas -Foucault, Delgado; crossfader, tazón- son otro ejemplo de las infinitas interrelaciones de interdependencia socio cultural de las que somos inevitablemente participantes. La necesidad de ejercitar la libertad, a través de mantas (propuesta de rafa) es en sí misma un resultado de circunstancias previas a nosotros y que nosotros mismos estamos precediendo a otras que han de venir. Ahora, lo que plantea rafadro sobre las mantas explica un poco de donde viene la presencia de las mismas en los espacios públicos de la ciudad. Lo interesante para mi va a ser a dónde conducirán las mismas, qué nuevas relaciones causarán y de qué manera incidirán en el ejercicio de la libertad de las personas que las vean
Aprovechando la hora de la comida para darle una vuelta a los blogs, me encontré con la nueva versión del crossfader. Rafita posteó unas .reflexiones sobre la ciudad como espacio de creatividad (palabras de él mismo), aplicando esta creatividad a la fabricación de mantas como (re)apropiación del espacio público, urbano. Su post me recordó a una entrevista con Foucault sobre poder, espacio y conocimiento, en la que habla sobre el ejercicio de la libertad y su relación con la distribución espacial. El entrevistador hace mucho énfasis en el papel del arquitecto moderno como liberador, pero Foucault responde siempre que la libertad no es algo que se alcanza, sino es algo que se ejerce, y que un espacio (no habla de edificios ni estructuras, habla de espacios) solo incide con la libertad cuando alrededor de ellos - el espacio y la libertad- se dan ciertas prácticas que causan una relación entre ambos. Por tanto, no hay libertadores, hay relaciones que convergen en momentos y lugares los cuales se traducen en el ejercicio de la libertad. Por tanto, todo esá relacionado, no hay una cosa que esté por encima de otra, ya que todas están entretejidas en todas direcciones, que es precisamente lo que cita rafa de Manuel Delgado. La convergencia de lecturas, y del momento de las lecturas -Foucault, Delgado; crossfader, tazón- son otro ejemplo de las infinitas interrelaciones de interdependencia socio cultural de las que somos inevitablemente participantes. La necesidad de ejercitar la libertad, a través de mantas (propuesta de rafa) es en sí misma un resultado de circunstancias previas a nosotros y que nosotros mismos estamos precediendo a otras que han de venir. Ahora, lo que plantea rafadro sobre las mantas explica un poco de donde viene la presencia de las mismas en los espacios públicos de la ciudad. Lo interesante para mi va a ser a dónde conducirán las mismas, qué nuevas relaciones causarán y de qué manera incidirán en el ejercicio de la libertad de las personas que las vean
