miércoles, abril 16, 2003
Mi papá se va a ir al cielo de los relojes.
Creo que lo entiendo un poco a veces, cuando estoy desparramada en la cama nadamás respirando y,de repente, se vuelve presente el tic tac de los más de ciento cincuenta relojes que decoran todos y cada uno de los rincones de mi casa. El tiempo se materializa en manecillas y empieza a corretearme. Va muy aprisa y como yo no soy buena para correr siento que me empuja, me pisa los talones y por más que quiero no puedo frenar. Pero no es una metáfora, ahí, en ese momento, es literal. Es el tiempo en persona.
Entonces lo entiendo un poco y veo que sí, es omnipotente, y da miedo, y mi papá tiene razón; me doy cuenta de que para él El Tiempo es Dios. Tal vez por eso cuando iba a misa con mis papás se me hacía raro que él no mostrara gesto alguno de interés por su religión, no rezaba, no comulgaba, no se confesaba, simplemente estaba ahí en la banca, parándose y sentándose cuando se requería. Su Dios es más poderoso que este que venía a visitar a la Iglesia. Y tal vez por eso mi papá siempre anda apurado, tiene que llegar a todos lados antes de la hora acordada, y de todos lados se va antes de la hora acordada, se levanta temprano los domingos, se enoja cuando llego diez minutos tarde a la casa y sí, tal vez por eso hay más de ciento cincuenta relojes en mi casa, sin contar los de muñeca, bolsillo y brazalete.
Y tal vez mi papá tenga algo de razón, tal vez El Tiempo es más Dios que todos los Dioses. Es El que rige nuestras vidas, sin excepción. Lo adoramos con ídolos como los católicos adoran el crucifijo, los judíos a la estrella de david o los budistas a estatuas de buda. Lo adoramos con grandes relojes en variados lugares públicos: plazas, pantallas gigantes y arcos. Lo adoramos en privado en relojes de diversos tamaños. Lo adoramos en nuestras muñecas, nuestros celulares, computadoras, beepers, carros, en la radio, por la televisión. Es ideología, arma, mecanismo de defensa, tema de conversación, excusa, pretexto, coartada, tortura, explicación, música, película, libro de poesía, juez, provocador de encuentros y desencuentros, es un casi, un ya merito, un ya pasó. Nos castiga cuando no lo obedecemos y nos premia cuando lo seguimos de acuerdo al plan. Su sistema de valores, su estructura religiosa, no perdona , no hace excepciones, a t o d o s y c a d a u n o n os t r a t a i g u a l .Aquí no hay ateos, somos todos unos ciegos creyentes, unos religiosos fervientes.
Creo que cuando iba en la prepa me era fácil decir que el tiempo no existe, que todo eso cada quien se lo inventa y sí, alomejor a veces es así. Pero cuando estoy nadamás desparramada en la cama respirando, se empiezan a escuchar otra vez los relojes en mi casa y me empiezan a corretear. Debe de haber un freno de mano en alguna parte.
Creo que lo entiendo un poco a veces, cuando estoy desparramada en la cama nadamás respirando y,de repente, se vuelve presente el tic tac de los más de ciento cincuenta relojes que decoran todos y cada uno de los rincones de mi casa. El tiempo se materializa en manecillas y empieza a corretearme. Va muy aprisa y como yo no soy buena para correr siento que me empuja, me pisa los talones y por más que quiero no puedo frenar. Pero no es una metáfora, ahí, en ese momento, es literal. Es el tiempo en persona.
Entonces lo entiendo un poco y veo que sí, es omnipotente, y da miedo, y mi papá tiene razón; me doy cuenta de que para él El Tiempo es Dios. Tal vez por eso cuando iba a misa con mis papás se me hacía raro que él no mostrara gesto alguno de interés por su religión, no rezaba, no comulgaba, no se confesaba, simplemente estaba ahí en la banca, parándose y sentándose cuando se requería. Su Dios es más poderoso que este que venía a visitar a la Iglesia. Y tal vez por eso mi papá siempre anda apurado, tiene que llegar a todos lados antes de la hora acordada, y de todos lados se va antes de la hora acordada, se levanta temprano los domingos, se enoja cuando llego diez minutos tarde a la casa y sí, tal vez por eso hay más de ciento cincuenta relojes en mi casa, sin contar los de muñeca, bolsillo y brazalete.
Y tal vez mi papá tenga algo de razón, tal vez El Tiempo es más Dios que todos los Dioses. Es El que rige nuestras vidas, sin excepción. Lo adoramos con ídolos como los católicos adoran el crucifijo, los judíos a la estrella de david o los budistas a estatuas de buda. Lo adoramos con grandes relojes en variados lugares públicos: plazas, pantallas gigantes y arcos. Lo adoramos en privado en relojes de diversos tamaños. Lo adoramos en nuestras muñecas, nuestros celulares, computadoras, beepers, carros, en la radio, por la televisión. Es ideología, arma, mecanismo de defensa, tema de conversación, excusa, pretexto, coartada, tortura, explicación, música, película, libro de poesía, juez, provocador de encuentros y desencuentros, es un casi, un ya merito, un ya pasó. Nos castiga cuando no lo obedecemos y nos premia cuando lo seguimos de acuerdo al plan. Su sistema de valores, su estructura religiosa, no perdona , no hace excepciones, a t o d o s y c a d a u n o n os t r a t a i g u a l .Aquí no hay ateos, somos todos unos ciegos creyentes, unos religiosos fervientes.
Creo que cuando iba en la prepa me era fácil decir que el tiempo no existe, que todo eso cada quien se lo inventa y sí, alomejor a veces es así. Pero cuando estoy nadamás desparramada en la cama respirando, se empiezan a escuchar otra vez los relojes en mi casa y me empiezan a corretear. Debe de haber un freno de mano en alguna parte.
