domingo, marzo 09, 2003
Una vez lleno el cochinito, hay que romperlo. Debe de alcanzar con estos veintes para comprar algo de razón.
Mi cerebro es un enorme tazón en donde alguien pretende hacer una sabrosa sopa de verduras pero en realidad se cocina un menjurje de no se qué mezclado con no se qué tanto....a veces sabe rico, pero otras de plano apesta.