miércoles, enero 15, 2003

Diez días antes de irme de viaje, y como buena floja que soy estoy dejando todo al último. La lista de pendientes iniciada hace tres semanas va en aumento, igual que mis nervios. Le tengo pavor a los aviones (pendiente número uno, conseguir valium o algo por el estilo) y anoche tuve la primera pesadilla de la serie interminable que ha de venir hasta que llegue el momento de abordar el avión real. En sí es la única presión que siento, lo demás se me resbala como teflón. La maleta, por ejemplo, se armará casi por si sola a último minuto. Primero digo que todavía hay tiempo para hacerla. Luego me salen otras cosas que hacer y la pospongo. Un día antes como que empiezo a pensar qué habré de llevarme y me voy dando cuenta que lo que quiero llevarme es demasiado comparado a lo que debo llevarme. Entonces me desespero y me da flojera y me voy a ver la tele o a leer. Resulta entonces que el día del viaje (que ahorita ni siquiera se a qué hora sale el vuelo) me tengo que levantar extra temprano para escoger ropa, accesorios, etc etc etc. Ahí empieza el verdadero desastre. Es más, ya ni quiero hablar de eso porque si para hacer una maleta para un viaje de tres días volteo completamente mi cuarto no quiero empezar a imaginarme el desgarriate que voy a armar en esta ocasión. Todavía hay tiempo.
Comments: Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?