miércoles, diciembre 25, 2002
El ras del suelo y mi oreja, pegada a una alfombra que huele a frio. Creo escuchar el mar, pero es solo la interferencia entre mi boca y mis dedos...el corazón lo dejé en el teclado.
Mi cerebro es un enorme tazón en donde alguien pretende hacer una sabrosa sopa de verduras pero en realidad se cocina un menjurje de no se qué mezclado con no se qué tanto....a veces sabe rico, pero otras de plano apesta.