martes, noviembre 19, 2002
Me gustan los momentos que callamos del resto del mundo. Esos segundos de perfecta lucidez donde entiendo que entre tu y yo hay una complicidad secreta, a veces cómica, otras trágica, pero siempre nuestra.
Mi cerebro es un enorme tazón en donde alguien pretende hacer una sabrosa sopa de verduras pero en realidad se cocina un menjurje de no se qué mezclado con no se qué tanto....a veces sabe rico, pero otras de plano apesta.